Lo más sencillo...

Fue rápido, sencillo, breve, pero muy difícil de explicar. Anoche volví atrás, a recordar, lo fácil que es enamorarse de ti, lo fácil que me fue a mí. Bastó verte, acercarme, conocerte lo más mínimo para acabar en cualquier punto del mundo, en cualquier situación, tumbados, abrazados, mirándonos… Mirándonos fijamente a los ojos, hundiéndome en tu fondo castaño, reflejándome en él. Esos mismos ojos, que nunca más reflejarán mi alma, después de haberse acostumbrado a ello. Mis ojos, aunque negros de por sí, se oscurecieron aún más desde que decidiste llevarte la tuya, arrancarla de lo más profundo de mi ser, de lo más profundo de mis pupilas… Y sí, arrancaste tu alma de mi ser, pero la mía sigue vagando por todos esos rincones, por todos esos momentos, por todo ese pasado, por tus miradas… Al final de todo, es lo que más extraño, lo más sencillo, lo más rápido, lo más difícil de explicar, tus ojos… esa forma que tenías de mirarme, esa forma que nadie más tuvo.

Y es que no sabes cómo duele, amar a alguien de tal forma en que sientas igual un beso, que un abrazo, una palabra, o una simple mirada. Y duele, el saber que nunca más sentirás eso con esa persona, con esa primera persona con quien lo sentías, y que si llega alguien por quien sientas lo mismo, en el fondo sabrás que nunca será igual. Nadie sustituirá esos ojos, ese tono en la voz, ese eco insistente tan dentro de mí, ese latido que tenía cuando sentía tu cuerpo, tus labios, tus lunares, tus ojos, tu presencia... cerca de mí. Nadie me dirá jamás te amo como tú lo hacías, porque nadie me va a saber tan bien como tú, nadie se hará cargo de mi corazón roto en pedazos, de mi puzle sentimental, como lo hiciste tú. Recogiste un escenario del crimen, y lo convertiste en un precioso palacio, sin embargo, te fuiste, y al irte, al extirpar tu alma del fondo de mi mirar, volvió a convertirse en una ruina, muchísimo más grande que la anterior… En definitiva, echo de menos oír nuestra canción, unidos, juntos, abrazados, mirándonos a los ojos, sin pensar nada más que en el reflejo constante y bucólico que albergábamos cada uno en su pupila…

Puma pride.

"Se fuerte, que nada te espante, que el miedo sienta un gélido aliento frío recorriendo su nuca al mirarte a los ojos. Que nadie pueda decirte que no lograrás algo, porque, compañero, si tienes un objetivo, tu mirada no se apartará de él ni un solo instante, y si es así, conseguirás alcanzar tu meta. Los sabios inspiran un 10%, el otro 90% son suspiros, todos fallamos, pero al final obtenemos ese 10% con perseverancia y dedicación. Respira, y recuerda: 'Ayer era bueno, hoy soy mejor, pero mañana, oh, mañana, no sabes hasta qué límite voy a llegar.' ¡Vamos campeón!"

Duerme, aunque no descanses...

A dormir... Va siendo hora, "tienes que dormir" te dicen, "tienes que descansar", exhortan... "Dormiré cuanto quieras, mas descansar... Descansar ya no descanso, amigo, soñar ya no sueño, no tengo qué soñar, y aquéllo que tuve me lo arrebataron, ahora dormir no es más que un mero trámite, un sencillo tiempo de 'nada', que te lleva de nuevo a ese 'todo'. Escribe, querido amigo, aconseja y nutre con palabras aquello que con actos no puedes. No estás soñando, recuérdalo, hace tiempo ya que despertaste, aunque no quieras darte cuenta. Aunque ya no haya luz ahí." Te miran, de soslayo, y te repiten "duerme, aunque no descanses, la vida no para, y tú no puedes pararla, no eres lo demasiado fuerte, amigo."

Metáfora...

Su vida fue una gran metáfora, conoció al fuego, y se encendió la llama, el fuego comenzó a consumirlo, calada a calada, recuerdo a recuerdo, llenando su vida de placer, de desenfreno, destruyendo sus agobios. Todo era calma, calada a calada, sonrisa a sonrisa, mientras seguía consumiéndose, con adrenalina, por el fuego. Nunca había probado nada igual, calada a calada, beso a beso, mientras su filtro empezaba a oscurecerse. Se llenaba el cenicero de olvidos, de ceniza de los pensamientos pasados, mientras disfrutaba los nuevos, calada a calada. Sin embargo, calada a calada, el fuego consumió su totalidad, todo se convirtió en ceniza, en recuerdos, y sólo quedó un filtro amarillento y un cenicero plagado de cenizas, que nunca resurgirían, recordándole, que ya no habría más "de calada a calada". #Microcuento

Saltar al vacío, o no...

Nos hacemos daño a sabiendas, y nos hacemos daño porque queremos, pero es así.
Por eso mi consejo es este... No te engañes a ti mismo, ni a alguien, si sientes amor, nadie va a ocupar el lugar que esa persona ocupa en tu corazón, en tu mirada, en tus pensamientos, en tus sonrisas, ni en tus lágrimas...
Mira al vacío, decide, hundirte en él o saltar a él por ti mismo, sin que nadie te empuje.

Derrotado...

Nadie puede cambiar tus sentimientos, nadie puede decirte qué hacer cuando sabes lo que buscas, ni obligarte a buscar algo que no quieres, nadie puede decepcionarte, cuando has visto más de lo que debiste ver. Todos pueden pensar lo que quieran, decir lo que quieran  actuar como quieran, pero nadie puede lastimarte si conoces tus debilidades, defectos, y fallos y, por supuesto, nadie puede derrotarte si tú mismo estás derrotado. Siempre no existe, nunca tampoco, y a veces no hay puntos intermedios, por tanto, párate y reflexiona, pues muchas veces no está en tu mano, el derrotarte a ti mismo, o el dejar que te derroten.

Ya es invierno en mi corazón...

Creerás que todo ha terminado. Todo ha cambiado, nada es igual que antes, ni si quiera tú. Si bien es cierto que todo cambia y nada permanece, también lo es que lo imprescindible nunca falta. Creerás en la locura, en ver cosas que quizá nunca existieron, creerás que la caída es tan dura que te destruye desde dentro. Creerás que la vida es sueño, o una enorme pesadilla. Creerás, sin querer creerlo, que se alejaron de tu vida los demonios, o ángeles según se mira, que un día no se iban. Echarás de menos, mirarás atrás, y solo verás el rastro de tus huellas en el camino, dándote cuenta de que poco a poco se van borrando las más lejanas, dándote cuenta de que, a tramos, había mas huellas que acompañaban a las tuyas. Llorarás, llorarás como nunca lloraste, y mirarás al frente, acalorado por el tórrido sol, con lágrimas marchitándose en tus mejillas, sintiendo frío en tu interior, pues sabrás que aunque por fuera hace calor, en tu corazón... ya es invierno. Y tendrás que seguir caminando, alimentando ese frío invierno que devasta tus adentros.

Mirar al vacío, y encontrar sus ojos.

Mirar al vacío, y encontrar sus ojos.



Y allí estaba, sentada con su habitual montaña de libros, su ceño fruncido, y medio rostro escondido tras sus manos. Qué bonitas eran sus manos, nunca me había fijado: suaves y tersas (como si nunca hubiesen sufrido arañazo alguno), inescrutables al mismo tiempo, pequeñas y sencillas, como ella… Parecía tan delicada, tan frágil, que el mismo viento evitaba rozarla. Siempre inmersa en sus pensamientos, no se daba cuenta de cómo la miraban, de cuántas miradas se paraban en ella con cada paso que daba. Su belleza no era comparable con nada; por así decirlo, era tan hermosa como las vistas desde el edificio más alto para un suicida.
Jugueteaba con sus pies, nerviosa, debajo de la mesa, mientras iba bajando el número de libros a su alrededor. Siempre se sentaba sola, y yo siempre me sentaba sólo en la mesa frente a la suya. Y nunca cruzábamos nuestras miradas, a pesar de ser ya una rutina. No fueron pocas las veces en las que mi cuerpo quiso moverse sólo hacia la silla de su lado, como con una corriente eléctrica imparable, sin embargo nunca lo hice, nunca pudo más el irrefrenable impulso que mi timidez y mi vergüenza. Realmente aún a día de hoy no entiendo por qué iba a la biblioteca, pues me era imposible concentrarme mientras estaba ella, y sólo empezaba a estudiar cuando, cansada y suspirando, decidía marcharse; y aún así me resultaba complicado, pues observaba su silla vacía y la recordaba segundo tras segundo.
Y es que era bella hasta el punto de morir, no había poema más bonito que el perderse en sus ojos, viendo el mar en ellos, con miedo a ahogarse en él. No había sueño más inalcanzable que el sentirla cerca. Ni si quiera la grandeza del maestro Shakespeare en sus obras era parangón a su lado. A veces no parecía humana…
Muchas veces me preguntaba qué era lo que estaba escribiendo, qué era aquello que leía que la dejaba inmersa en su pequeña burbuja. Otras tantas me quedaba estancado en mi propio mundo de sueños, caótico, inmerso en mis imaginaciones, en las que todo era posible, todo podía ocurrir; pero luego regresaba y comprendía que todo era ficción, que no era más que una película inventada en lo más profundo de mi ser, no muy distinta a las que podría contemplar en el cine, sin poder llegar a vivirla…
Era más cómodo el vivir en los libros, en miles de historias y fantasías, que empapaban mi mente con posibles encuentros con ella, con su mirar, su nerviosismo, y sus hermosas manos…
Y es que, sencillamente, no había instante alguno en el día en el que no la pensara. Desde el mismo momento en que me despertaba, hasta el último suspiro antes de volver a sumirme en mi mundo de sueños rotos. Hasta en esos sueños aparecía ella, caminando, con su sonrisa, hacia mí. Era ya un trastorno que rozaba la locura más imposible de conocer, una obsesión sin término que cegaba todo por dentro si no se trataba de ella.
Tenía un claro de luna en sus ojos, un destellante susurro de cariño en cada mirada, una función matemática sin solución posible y un imposible de descifrar en cada movimiento de sus pupilas. Miraba al horizonte, pero parecía no ver nada, mientras ahogaba gritos de desconsuelo sin expresar sonido alguno. Cerraba y abría los parpados a cada instante, como si esperara que algo cambiara a su alrededor en uno de sus vaivenes. Era imposible de calcular, imposible de describir, imposible de conseguir, para gente como yo, claro.
Todo se desvanecía en el blanco de sus ojos, todo quedaba en aquél risueño iris onírico. Y, a veces, cerraba sus ojos y los apretaba con fuerza, dejando a este mundo desprovisto del placer de observar ese paraíso que había en el brillo del fondo de su mirar.
Y allí estaba yo, delante, como siempre, observando cada movimiento, estudiando cada detalle que pudiera conocer sobre ella. Abriendo y cerrando los ojos, esperando verla quizá más cerca al volver a abrirlos de nuevo. Pero al final se marchaba, y allí me quedaba sentado esperando por si volvía, pensando lo estúpido que era por no tener el valor o la sangre fría de acercarme a saludar. Y cerraba los ojos, para volver a soñarla, para volver a disfrutar con su compañía.
De pronto, abría de nuevo los ojos, y me disponía a caminar, hacia donde me llevase el destino, sin importar qué caminos o qué senderos elegir. No importaba ya si el viento golpeaba con fuerza, si la lluvia tornaba mi pelo espeso o si el mismo camino no quisiera andarse. Sólo importaba el seguir caminando, seguir intentando el paso a paso que era encontrarla. Pero, a pesar de cargar una sonrisa forzada y mil lágrimas en mi interior, sólo encontraba los lacónicos graznidos de distantes pájaros en el bosque, y el incesante susurro del rio a mis espaldas.
Sin embargo, peor aún era mantenerse de pie frente a aquél árbol en llamas, llorando y llorando como un crío malcriado, y llorando aún más al saber que las lágrimas no servían para apagar el fuego. Un fuego encendido por ella, quien se marchó tras encenderlo y nunca volvió para avivarlo. Y aún así, el fuego no cesaba, no había término para ese recuerdo, ni consuelo para el fragor de la batalla que sentía por dentro.
Y es que no era para tanto, y aún así no era para menos. Todo se resumía en querer olvidarla sin haberla tenido y reanimar el recuerdo con más fuerza que antes. Y, sonando a tópico, todo me recordaba a ella: las miradas distraídas de la gente al caminar a su alrededor, la fragancia de su colonia tan común en las cafeterías atestadas de jóvenes sonrientes, esas mismas sonrisas… en fin, todo.
De vez en cuando me sentaba en la arena, sólo con la compañía de mi bloc y mi bolígrafo desgastado, y comenzaba a plasmar los pensamientos en el papel, como un intento desesperado de desahogarme en mi mundo de literatura extraña y nostálgica. Escuchaba el sonido de las olas, yendo y viniendo, y esperaba que en una de esas idas y venidas volviera a aparecer ella, surgiendo de entre el agua con su pelo mojado, su risueña mirada y su maravillosa sonrisa. Pero sabía que eso no iba a suceder, ya no era posible.
Creo que después de pasar tanto tiempo bajo su sombra acabé formando parte de ella... También creo que acabé formando parte de las sombras de cualquier esquina desde la que pudiera observarla. Caí varias veces, y me levanté otras tantas, pero estoy seguro de que en todo momento esta sombra se aferraba a ella más que a nada, y no quiso verlo, pues para ella tan sólo era una sombra más de las muchas que había en este inmenso lugar. Sin embargo, después de un tiempo, de duras reflexiones contra mí mismo, de luchar contra la lluvia para disimular las lágrimas, me di  cuenta de que ya no era más que la sombra del pasado...
Era una sensación tan extraña, que ni los mismos sabios que antes llenaban nuestras mentes de conceptos y consejos sabían definir, era una sensación que ni la gran maestra química supo analizar, era como si mis propios dedos se deslizaran hacia ella sin que yo se lo pidiera, como si no hubiera razón para dejar de mirarla... Era todo y a la vez no era nada, y mi mundo sin ella se desmoronaba desde el inmenso cielo hasta la más pequeña piedra. Es por eso que los libros no supieron recoger mis recuerdos ni memorias, es por eso que ahora dejo una estantería llena de pergaminos en blanco esperando que alguien pose sus tintas sobre ellos... La sensación era como que el aire se escapaba, como que no había respuestas para este inmenso libro efímero sin tintas, como si desenrollara un pergamino que era cada vez más blanco... La sensación era como estar y no estar en el mismo sitio, como si recordar cada palabra o gesto suyo no me llevara a ningún lado dentro de mi camino... Lo que más me preocupaba era el no saber si era esto la verdadera realidad, o si no era más que un sueño como los grandes maestros llegaron a expresar, y quizá mi mayor anhelo fuera que todo esto siguiera siendo un sueño del que no pudiera escapar...

Y al final del camino, después de tanto andar, de tantas caídas y tantos intentos por levantarme, me paré a disfrutar las vistas: un abierto cielo azul, unas pocas nubes dispersas, blancas, el bosque y el rio en lo más profundo de la población y, abajo del todo, ella… Paseando entre la gente por la acera. Y no me había dado cuenta, que al llegar a tan alta situación, era yo quien me había convertido en el suicida.

Microcuento

Que de vez en cuando se caía en sus ojos marrones y despertaba en el caos de no saber en que día vivía. #Microcuentos

Por tanto y por tan poco...

Por si no volvemos a vernos
Te deseo una vida completa,
Que descanse tu sonrisa
Y que no caiga una lágrima.

Deseo que te rías,
Que compartas, con el mundo,
Tu luz, a veces tan fría…
Y que no se apague nunca.

Que de envidia muera el cielo
Y por ella te mande viento
Sin darse cuenta, tan idiota,
De que hace ondear tu pelo.

Y pareces incluso más bella,
Y tu caminar se torna presto,
Y con tu ondear y tus desvelos
Te marchas poco a poco y lejos.

Por si no volvemos a vernos,
Te deseo una vida sencilla,
De acordes y de sinfonías,
De miradas en cada esquina.

De palabras sin sentido,
De sueños interrumpidos,
De un sinfín de momentos,
Y de mil y un cuentos.

Por si no volvemos a vernos,
Te deseo lo más bonito,
Pero también espero
Que nunca tengas lo mismo.

Lo mismo que he tenido yo,
Lo mismo de todos mis versos,
Mis naufragios, mis desvelos,
Una triste historia de amor.

Por tanto y por tan poco,
Te deseo de corazón,
Que nunca vayas a tener

Una historia como yo.

My pursuit of happiness...

And here I am, again, so lonely, so nostalgic, thinking... always thinking, and writing these words that you never want to read, or you don't have time to read, I don't know, I've forget it... And here I am, consuming myself, smoking my own life, being the ashtray a personification of my soul, and the cigar a metaphor of my life.
And there are you, so happy, so cute, doing all these things you wanna do, being yourself a portrait of happiness. "Happiness", what a difficult word that make us better, that give us this point of view that all is good. However, what a difficult thing to beat. Where is happiness? Who has the control of our happiness? It's a difficult question, but I have an easy answer... The pursuit of my happiness starts in your eyes, and it doesn't have a point to call "final"...

La metáfora natural de mi historia de amor...

It was cold, desolated and very quiet. Darkness and birds sounds involved the place. But I felt good. I could pass the night counting stars, listening to nature whispers, and becoming scared with the situation. The trees over me seemed to be watching the scene, moving their branches to the rhythm of the breeze, laughing at me.
I made a fire, and then I sang that camping songs I could remember. The ground was cold, water was cold, the ambient was cold too, and I started to think, in a few minutes, that my beautiful fire was not as useful that I thought.
Then I observed this forest, it seemed to be strong, lonely, and difficult to survive him. Day was dry and a bit hot, but night was very wet and cold... There was a river close to my camp. This river was big and large, and so fast, swirling water on the shore.
It was strange, because of this forest commanded respect, but at the same time it was the most amazing and beautiful thing I'd ever see.
The colored autumn leaves of the trees, the bright green of the lowest plants, the songs of birds of sorrow, the fireflies that appear into the night to get the place with their light, etc... made this moment very special.
Then, when I was going out there, I saw back, to save that image on my mind forever: a deer, standing next to a tree, looking at me, like if he was saying "don't go, I'll miss you", his face was so funny. The river at the left, angry, moving and moving water over around the mountain. And the forest, on the right, that strong, cold and inhospitable forest....

Because all we walk in the same way.

We walk by this way that we call life, we walk and walk away, very far, to understand who are we, and why are we there. We try to grow up, to be better than before, to finally finish in the same way that all, dead. All the little things we think are not possible, could be if we dare to do that. However, sometimes we dont dare... But that is life, doing all those things that make our hearts to give a beat. So, stand up, give a smile in your face, look in front of you, stay walking, and do all these things you WANT to do, without thinking, without looking back.

Y por qué no...

Cómo empezar algo tan grande, tan difícil.
Cómo olvidar el miedo, los nervios,
cómo formar parte de esto
sin saber de dónde agarrarse.

Cómo acabar con los sueños, sabiendo,
que en realidad no quieres que paren.
Pudiendo dedicarte mil versos
y mis intentos por acercarme…

Cómo no buscar tus ojos, cuando
son lo único que me da aire.
Cómo no intentar tocarte
para saber si eres real o un sueño…

Y ahora dime, cómo no querer hablarte
si mis labios no funcionan más que por eso.
Cómo no poder expresarme, si mis manos
escriben solas cuando pienso en tu gesto…

Y por qué me responden más tus miradas,
más tus gestos, que tus propios labios.
Por qué no me buscan tus manos
cuando siempre me tienes atento…

Por qué no escribir nuevos versos,
nuevas historias, nuevos textos,
inconexos, con nuestros nombres grabados.
Por qué no mirar hacia un lado, y encontrar tu pelo.

Cualquier camino es sencillo, cualquier paso,
siempre que quieras darlo.
Cualquier historia es posible, cualquier punto,
siempre que estemos juntos…

Y ahora de verdad me pregunto
Por qué siempre mirar el pasado,
Porque el tiempo se lo lleva el viento,
Los segundos pasan y me voy marchando…

Por qué no caminar agarrados,
por qué no compartir mil momentos,
por qué no vivir a tu lado,

mi historia, mi nuevo texto inconexo…

No mires hacia atrás...

Nunca mires hacia atrás, dijeron. Seguí caminando, guitarra en mano, buscando los mejores acordes. No mires atrás, repitieron. Molesto, cambié de dirección, pero seguía caminando hacia delante. Paré unos instantes, las notas comenzaban a fluir, el aire, cargado, se apoderaba de todos los sentidos, cerré los ojos, y esta vez sonó dentro de mí: “No mires atrás”. Pasaba el tiempo, y mi vieja guitarra sonaba por sí sola. “No mires hacia atrás”. Cansado, volví la cabeza, y allí estabas. No me había dado cuenta, pero siempre habías estado ahí, en el pasado. Allí encontré tus ojos, claros, tranquilos, serenos y pasivos ante los míos, como siempre fue. “Es imposible no mirar atrás-pensé-cuando toda tu vida ha estado siempre ahí.”. De igual forma, seguías lo bastante lejos de mí como para escuchar mis acordes, y a cada paso que daba parecías alejarte más…

Aire...

Sólo somos… viento. Pues sí, sólo somos aire, de un lado a otro, partículas de polvo que de vez en cuando chocan, para luego seguir caminos distintos. Somos la brisa que acaricia la superficie del mar, tan vasto, tan imposible de calcular… O quizá me equivoque, quizá sólo yo sea viento, y quizá seas tú esa superficie de mar, a la que sólo puedo rozar, y sólo de vez en cuando, y a la que no puedo acceder. Tan ruda, tan testaruda, pero sigo siendo paciente pues, pasan y pasan los años, pero el mar sigue estando ahí, pasan y pasan los años, y el viento sigue soplando. Y sé que es muy difícil, pero el aire es perseverante, y quizá esta pequeña brisa un día pueda convertirse en ciclón para unirse con el océano…

En mi mundo de sueños rotos...

Me inspiraste historias, me hiciste creer que los sueños, por difíciles que pudieran parecer, podrían cumplirse, me inspiraste suspiros que nunca habría podido escuchar. Pero aquí sigo, escribiendo y escribiendo, palabras sin sentido en este mundo de mis sueños, en los que siempre apareces tú, porque fuiste, eres, y supongo que serás, todo. Fuiste mi ahogadero de penas, y desgraciadamente yo fui el de las suyas. Dije que sería cualquier cosa por ti, y que sin ti no sería nada, y ahora solo soy un punto y final escribiendo versos en una hoja en blanco. Y como ya no soy nada, me voy a ir a soñar, porque soñar, gracias al cielo, y de momento, no ha sido de pago. Seguiré anclado, desde siempre, hasta nunca, y sin ti, en mi mundo de sueños rotos…

Desde que te fuiste...


Desde que te fuiste,
laguna triste fue mi historia
llevándote en mi memoria.

Desde que te fuiste,
paseaba lento entre las sombras
y entre imágenes desoladoras.

Desde que te fuiste,
viste de negro la pasada victoria
y no ríe, ni canta, ahora sólo llora.

Y te fuiste,
para que yo llenara el océano de agua,
para que quedara vacía mi alma...

Pero te fuiste,
y no pude hacer absolutamente nada
y quizá sea eso lo que ahora me mata.

Porque te fuiste,
y no dejaste más rastro aquí...
Desde que te fuiste,
¿de verdad crees que algo se mueve dentro de mi?

Recuerdos...

Escribamos, pues, otra historia que no pudo comenzar, o quizá sí lo hizo y nadie se dio cuenta. Digamos, para darle un toque triste o nostálgico, que llovía. Las gotas, que iban labrando su camino conforme recorrían sus frías mejillas, se iban fundiendo junto con sus lágrimas, convirtiéndose en una sola partícula acuosa de tristeza y melancolía. Parecía tratar de apagar con sus lágrimas la hoguera encendida que eran sus recuerdos, pero se encontró con el problema de que cada lágrima avivaba más las llamas, siendo imposible borrar de su mente tantos momentos, tantas imágenes, tantos segundos sin respiración... como si el tiempo, irónico e impredecible, hubiera decidido reírse de ella y pararse en seco para luego empezar a caminar hacia atrás..

Y me alegro...

Cada paso, cada nuevo rumbo, cada decisión, lo he decidido yo, cada suspiro, cada alegría, cada lágrima, las he hecho yo, cada palabra, cada verso, cada segundo pensando en tu pelo, los hice yo. Cada enfado, cada mueca, cada uno de los instantes que fingir, los hice yo, y no te miento si te digo, que ahora pienso en cada momento que hiciste bien en no merecerme, que tu decides tus propios pasos, tu rumbo, tus decisiones, tus suspiros, tus alegrías, tus lágrimas, tus palabras, enfados y muecas, pero los decides sin mi. Y me alegro por ello...

Tristeza, melancolía, nostalgia, son sinónimos...

Sólo hay que mirar hacia atrás un poco, darnos cuenta de que hemos dejado todo allí olvidado, todos esos momentos que pasamos hace un tiempo. Nos inunda un cierto pesar cuando recordamos todo lo vivido a través de las fotos, a través de los propios recuerdos que tenemos acerca de esos instantes... Nos inunda la nostalgia de tiempos pasados, la melancolía de mirarnos ahora en el espejo y no saber si somos los mismos que en ese tiempo o si hemos cambiado totalmente... Recordamos la gente que dejamos atrás, todas las palabras que pudieron cruzarse con ellas y todos los actos que se cometieron, buenos o malos. Este sentimiento de pesadumbre que sentimos no es más que simple tristeza, pero... por lo menos podemos volver a sentir y a vivir esos momentos pasados con tan sólo observar una fotografía, a pesar de que las lágrimas se derramen sin pausa sobre nuestro rostro.

Sombras...

Creo que después de pasar nueve años bajo tu sombra acabé formando parte de ella... También creo que acabé formando parte de las sombras de cualquier esquina desde la que pudiera observarte. Caí varias veces, y me levanté otras tantas, pero estoy seguro de que en todo momento esta sombra se aferraba a ti más que a nada, y no quisiste verlo, pues para ti tan sólo era una sombra más de las muchas que había en este inmenso lugar. Sin embargo, después de un tiempo, de duras reflexiones contra mi mismo, de luchar contra la lluvia para disimular las lágrimas, me he dado cuenta de que ya no eres más que la sombra del pasado...

¿P de "presente"?...

¿Y quién es aquél que maneja esas manecillas a las que denominamos tiempo, y todo aquello que el tiempo conlleva? ¿Quién nos dice que esto debe ser así, y aquello de la siguiente forma? ¿quién fue el que nos introdujo un concepto que ni siquiera nosotros, con tanta sensación de superioridad cognitiva que desprendemos, podemos llegar a entender? La pregunta es, ¿Por qué seguimos intentando indagar en el origen de nuestra existencia, cuando deberíamos intentar comprender quiénes somos ahora y qué es lo que estamos viviendo en este instante que algunos ilusos denominan "presente"?

Voces que susurran, John Connolly.

Tenía un vago encanto de chico malo para esas mujeres que en público adoptan la pose de considerar débiles a los hombres buenos, aún cuando en secreto sueñen con uno normal y corriente que no esté atrapado en el lodazal del fondo del estanque y decidido a arrastrar consigo a alguien a las profundidades. (J. Connolly)

Y no pienses...

Escucha, no es ese segundo, no es esa mirada lo que marca la diferencia, lo que marca la diferencia es si estás dispuesta a arriesgarlo todo, o si por el contrario no te ves con fuerzas para levantarte y pensar un par de veces si la persona que tienes delante merece la pena o no... Ese instante pasó hace tiempo de largo, y aunque no lo parezca aún podrías intentar hacer el esfuerzo y levantarte, para darte cuenta de que ésta persona que tienes delante es justamente la que tú necesitas. No todo es la amistad, no todo es la confianza, también hay que ver un poco más allá, y si ves que al final hay luz, debes poner toda la carne en el asador, y correr como tus piernas nunca podrían haberlo hecho, y será entonces cuando te darás cuenta, de que debiste levantarte hace muchísimo tiempo, ya que has perdido bastante de ese tiempo por pensar las cosas demasiado...

Tu memoria, mis memorias, mis escritos...

Y nadie tiene la respuesta, nadie sabe qué decir, hacia dónde mirar, ni si quiera si el propio silencio sirve de algo... Y a veces, cuando las palabras ya no tienen un sentido quizá sea mejor dejar al silencio que realice su función, pero en muchas ocasiones, eso no es posible... Y si no quieres que escriba, solo tienes que decirlo, maldita, y mis tintas dejarán de emborronar cuadernos que luego acaban relegados a quemarse en las hogueras del olvidado recuerdo... Mi memoria acabará, como muchas otras acabaron en el pasado, olvidadas en algún viejo cajón que nadie piensa abrir, y todas las palabras que un día fueron para ti se irán con el viento, surcando mares y cielo, recordándote fugazmente que la vida es demasiado efímera, como para pasarla con los ojos vendados...

Tinta efímera...

La sensación era como que el aire se escapaba, como que no había respuestas para este inmenso libro efímero sin tintas, como si desenrollara un pergamino que era cada vez mas blanco... La sensación era como estar y no estar en el mismo sitio, como si recordar cada palabra o gesto tuyo no me llevara a ningún lado dentro de mi camino... Lo que más me preocupaba era el no saber si era esto la verdadera realidad, y si no era más que un sueño como los grandes maestros llegaron a expresar, y quizá mi mayor anhelo fuera que todo esto siguiera siendo un sueño del que no pudiera escapar...

Actos...

Los actos en los que te introducen por la culpa de otras personas suelen ser perjudiciales para tu moral, en esos momentos en los que tú estás tranquilamente leyendo o viendo la televisión y te llega alguien gritándote y echándote las culpas sobre un hecho del que tú no tienes nada que ver podrías pensar en hacer varias cosas, la cólera no es el método más apropiado para resolver el problema, pero lo más normal es responder con la misma moneda en estos casos, por lo que la gente tiene disputas físicas o morales contra otras personas por hechos irrelevantes, hechos de los que solo alguien con un poco de filosofía en la cabeza podría resolver sin llegar a levantar la voz más que en una conversación normal. Y no suele ocurrir que alguien consiga esta terminación.

Me levantaré aunque me cueste la vida...

Voy andando por la calle y cada momento pensando en cómo te irá. A veces tropiezo con una piedra en mi camino y a mi parecer creo que estoy dando vueltas sobre la misma acera, pues siempre tropiezo con la misma piedra en el mismo lugar y exactamente de la misma forma caigo y me levanto despacio, una piedra llamada hipocresía que ataca a la humanidad cada día peor y cada día más fuerte, destrozando todo lo que encuentra a su paso y liberando la maldad entre la gente y entre amistades que hasta hace poco tiempo se creían irrompibles.

Ataduras...

Ataduras que nos unen a la mísera melancolía, ataduras que se rompen en un sólo instante y que recorren, distantes, las murallas de la vida... Cuán largo fue el suspiro que exhaló la diosa fortuna cuando mis ojos se posaron en tu rostro por vez primera... Cuán eterna sería la espera posterior, para acabar siento otra atadura más de este mundo que poco a poco se partió para no dejar rastro alguno en el camino, para no dejar que te encontrara... Maldito seas, veneno corrompido, ni tu nombre merece mención en esta ladera que es el sino, maldito seas... amor no correspondido...

Era...

Era una sensación tan extraña, que ni los mismos sabios que antes llenaban nuestras mentes de conceptos y consejos sabían definir, era una sensación que ni la gran maestra química supo analizar, era como si mis propios dedos se deslizaran hacia ella sin que yo se lo pidiera, como si no hubiera razón para dejar de mirarla... Era todo y a la vez no era nada, y mi mundo sin ella se desmoronaba desde el imenso cielo hasta la más pequeña piedra. Es por eso que los libros no supieron recoger mis recuerdos ni memorias, es por eso que ahora dejo una estantería llena de pergaminos en blanco esperando que alguien pose sus tintas sobre ellos...

Esa sensación...

Mirarte a los ojos, y perderme... Tenerte delante y no saber que decir, entrecortar las palabras para acabar diciendo tonterías en un hilillo de voz... y tu voz, por qué me gustará tanto tu voz... Escucharla en mi mente en todo momento queriendo tenerte a mi lado por siempre, para despertar con tu voz... Escribirte mil cartas de amor para luego quemarlas por no tener el valor de mandarlas... Y después de mirar y volver a mirar nuestras fotos, intentando recrear el momento en el que estuvimos tan cerca, me gustaría saber por qué se mueven tanto estos insectos dentro de mi, y me gustaría tenerte a mi lado para decir que no aguanto esta sensación, y que sería mejor sentirla los dos...

Pensar que soy alguien...

Y sólo quiero mirarme y pensar que soy alguien, pensar que me esperas, no siempre yo a ti, querer que me quieras, sin buscar recompensas... Sólo quiero mirarte, preguntarte de frente qué es lo que sientes, mirarme al espejo sin tenerte en mi mente... Me ocupas, me invades, y si digo verdades me muero por dentro y no sé qué comer... Y lo que me pasa es que me paso la vida entre cardiólogos y ninguno sabe decirme por qué me duele el corazón... Y la vida es así, tan dura y difícil que de no ser así no estarías aquí tan dentro de mi sin poder yo hacerte salir...

El problema...

Nuestro problema es que pensamos que nuestro mundo termina cerca de los límites del pueblo de al lado... Nuestro problema es que vemos las noticias y se nos cae el alma al suelo de ver a gente muriendo sin remedio a lo ancho del globo, pero no hacemos nada por remediarlo... Nuestro problema es, que nuestros ojos miran hacia el frente y no hacia los lados... Y sólo nos fiamos de los escasos diez metros que nos rodean, y no miramos más allá....

Tan sólo era una gota de agua...

Era como observar el estallido de una gota de agua sobre el áspero suelo, con sus miles de partículas dirigiéndose hacia todos los lugares posibles... Esa gota de agua brotaba de sus cansados ojos que, hartos de esperar y de sonreír sin motivo, tan sólo por aparentar un estado de ánimo que realmente no reflejaban, decidieron por fin liberarse de sus ataduras y romper con el tiempo y el silencio... Y tan sólo era una gota de agua... pero hacía tiempo que en su maldito desierto se necesitaba escuchar el grito de su caída rompiendo el silencio...

Fracaso...

Intento encontrar la palabra adecuada para definir mi historia, y me parece increíble la cantidad de palabras que existen, y la facilidad que tenemos para no encontrar la adecuada en ciertos momentos... Sólo debes acertar en la mitad de las decisiones para aprobar la asignatura que es la vida y, sin embargo, seguirá siendo peor de lo que esperabas... Un segundo lo puede cambiar todo, mientras que toda una década quizá no deje mella en nuestro corazón. Una mirada, un roce, un ligero soplo de viento puede cambiarlo todo, por eso los sentimientos son nuestra más dura enfermedad, y siguen siendo la asignatura pendiente de la humanidad... Intento encontrar la palabra adecuada para definir mi historia, y creo que no peco de equivocarme si la palabra que mejor la define es, "fracaso"...

Frustración...

Frustración, una palabra que engloba todo un sentimiento que nos mata poco a poco por dentro... Esperamos, seguimos esperando y pasamos toda la vida esperando algo que nunca llega, algo que quizá ni siquiera sabe que tiene que llegar... No vivimos el momento, no hacemos cosas que sabemos que tendríamos que hacer si quisiéramos que llegara realmente lo que esperamos, no lo hacemos... Caminamos, andamos todo un camino que a cada paso se hace dos más largo, y sólo nos queda la frustración de no poder terminarlo, y todo por esperar algo que, a pesar de nuestros inútiles esfuerzos, nunca va a llegar...

El espejo...

Mirarme al espejo, y pensar que es una nueva mañana, pero a la vez tan vieja como todas las anteriores... Me adentré de nuevo en la rutina, pues dejé de resistirme hace tiempo, y ahora sólo me dejo llevar hacia donde ella quiera. Sin preocupaciones, sin emociones, no seríamos nadie, al igual que sin música no existiría el alma. Pienso, luego existo, paro unos segundos y sigo sin comprender por qué sigue el cielo tan oscuro, sin una mínima luz en el horizonte. Entonces, me miro en el espejo, y no veo nada...

Caerás...

Caerás, y te darás cuenta de que es inútil intentarlo un poco más, intentarás levantarte, y reconocerás que no te queda ni un solo instante en el que quieras continuar. Caerás, y te darás cuenta de que nadie te quiso más, volverás a levantarte para de nuevo tropezar y rendirte, sin talante, ante la diosa fortuna que no te quiso ayudar. Te darás cuenta, querida amiga, que la vida son dos días, que llevamos uno ya y queda otro por empezar, te darás cuenta de que no sólo vemos lo superficial, de que hay mucho más donde adentrar nuestros ojos, que, ilusos, cayeron y no quisieron levantarse de nuevo para poder continuar...

La sonata triste de mi vida...

¿Y dónde están ahora, dónde, los suspiros de mi nombre?, ¿Dónde se encerraron aquéllos labios que en el pasado me besaron?, ¿Hacia dónde fueron esos ojos que un día se pararon y observaron mis sollozos?. Es posible que marcharan por la fría senda que es la vida para unirse, junto al viento, hacia un nuevo día, hacia nuevos recuerdos, y así quedó la imagen de mi rostro en el olvido de un suspiro y un te quiero susurrado hacia el vacío. Es entonces cuando por unos segundos paro y me pregunto, ¿Cuándo cambió la alegre melodía de mi vida para ser ahora una sonata triste de violín?, y es entonces cuando puedo decir que no me queda más que escribir...

El reflejo de la luna en el lago...

Inundarte en un momento, respirar ese suspiro que poco a poco, lento, se desprende de tu cuerpo, mirar al horizonte y creer encontrar la luz que buscabas, para luego darte cuenta de que no era más que el reflejo de la luna en un lago en calma... Para, descansa, escucha los gritos de tu alma, intenta remediar el error que desembocó la pérdida del viento a tu alrededor, busca ese susurro que tanto querías escuchar, y date cuenta de que nunca, ni en tus más bonitos sueños, volverá a aparecer... Será entonces, y solo con esas condiciones, cuando volverás a mirar al cielo, y volverás a gritar al viento sordo ese susurro helado que tanto anhelabas y que nunca paró para tocarlo a tu lado...

Palabras entrelazadas...

Se entrelazan las palabras, sonido del mar en calma, no es posible remediarlo, te busco y no encuentro nada... pero, amiga, la esperanza nunca acaba, quizá sólo sean sueños pero qué quieres que te diga, las cosas que yo persiga no son más que ruinas falsas, ilusiones de mi alma... Y vuelves a gritar al cielo, que te mira pero no te escucha, los susurros del olvido y los ojos del destino, que, maldito, te destroza en un suspiro y te deja sin palabras entrelazadas en el camino...

El arcoiris...

Las cosas solían ser como lagos revueltos, sin sentido, como un hombre que se sienta a la orilla del mar, melancólico, mientras observa el movimiento constante y rutinario de las olas acercándose para después marcharse... Pero las cosas, al igual que la vida, cambian, y también aparecen cosas que hacen que ese lago quede en calma, y que ese hombre que observaba el mar decidiera un día levantarse para seguir caminando. Es entonces cuando una sonrisa aparece en mi rostro, y se me olvidan todas aquellas cosas por las que mis ojos llenaban de agua el mar... Aparecen nuevos recuerdos, nuevas personas, y todo empieza a encarrilar de una forma más sencilla y bonita. Antes, como he dicho, todo era lluvia y tormenta, pero... muchas veces, después de la lluvia y la tormenta, aparece un precioso arcoiris que vuelve a alegrarnos el gesto, y así es la vida :).

Y cuál es tu nombre...

Ahora que la verdad o la mentira no existen, ahora que el cielo se ciñe sobre mi sin encontrar resistencia, ahora que las estrellas han dejado de brillar y se pasan la noche entera llorando desconsoladas por no encontrar tu sonrisa, es ahora cuando me pregunto cuál es tu nombre, qué parte de mi alma te esconde sin dejarte salir, en qué momento apareciste aquí con intención de quedarte... Es entonces cuando te miro y pienso, que puedes pisotear mi corazón, malearlo y moverlo a placer, pero nunca podrás matarlo porque tu estás dentro de él y formas parte de su existencia, asi que jódete, pero siempre que lo hagas, lo harás junto a mi...

El camino a escoger...


Te prometo una orilla del mar en calma, te prometo tu canción favorita cada día cuando despiertes, te prometo... y no me cuesta nada, que estaré siempre a tu lado. Prometo encontrarte cuando me busques, y buscarte cuando quieras encontrarme. Seremos una voz al viento, un suspiro bajo el mar, un grito sordo en un paisaje bucólico. Todo esto será posible cuando te encuentre, pues por el momento he perdido el rastro por algún lugar lejano y no encuentro brújula que me facilite el camino a elegir.

Más vacío y penumbra...

Me vino la inspiración... ah, no, solo era un suspiro. Bueno, quizá si pueda decirte que el momento pasó de largo, que el tiempo corre más que el viento y que, a pesar de que la luz sea más rápida, no tuvo ese segundo para alcanzarte y que mis ojos pudieran verte. Es entonces, querida amiga esperanza, cuando quedo paciente y te digo que no mires atrás, pues detrás nuestra sólo encontramos una cosa, vacío y penumbra en una cárcel de malos recuerdos

Siempre a tu lado...

Las cosas no son como uno las espera, las cosas no deben estar organizadas desde mucho tiempo atrás, las cosas, quieras o no quieras, pasan. Quizá los segundos no sean nada, pero... también es verdad que al tiempo lo llaman oro. Quiza mi momento llegó y no supe verlo, quizá estuvieras delante o quizá no quise verlo, asi que... para remediarlo, dime que no existe cielo incapaz de acogernos, ni muros capaces de pararnos, y estaré siempre a tu lado.

Oda sin título...


Las cosas pasan por algún motivo, y para mi parece que el motivo es sencillo, si algo puede salir mal, así será. Nunca pasa lo que a uno le gustaría que pasara. A mi por ejemplo, me gustaría que leyeras mis entradas, aunque no supieras que se dirigen a ti, pero eso nunca pasa. Sólo ocurren cosas malas, momentos que me gustaría olvidar.
Es por eso que no se qué hacer más, no sé que paso dar... Es por eso que decido retirarme sin mirar atrás, e intentar olvidarme sin dudar un instante que pasaste por mi vida sin poderte quedar... Simplemente me queda añadir un suspiro, y un susurro al viento, gritando que te quiero y que no te puedo ver más...

Cuestión de errores...

Que perra es la vida con quien merece algo mejor, y que gratificante es para aquellos que no merecen ni un solo instante de gloria... Damos un paso al frente y nos encontramos con que hemos fallado, damos otro paso para intentar enmendar el error y creemos equivocarnos... nunca encontramos la verdadera esencia de lo que simboliza nuestro camino, nunca encontraremos ese "paso" que consiga aliviarnos, que consiga que pensemos "ya está, he de pararme"... nunca lo encontraremos, he aquí la verdadera cuestión, ¿existe algún camino correcto o solo encontramos aquellos que nos conducen a un destino errante? La suerte está echada, ahora sólo el destino puede respondernos a esa pregunta.

Inspiración...

Inspiración, un suspiro, se escapa de entre mis dedos y corre junto al viento, junto a aquellas nubes que un día fueron metáfora de mis lágrimas. Se escapa una corta sonrisa de un ave fugaz, que, como un susurro lento y estrepitoso, pasaba rozando con su libertad las nubes del cielo. Libertad, libertad... qué significado tiene entonces para el corazón que no puede escapar de su propia cárcel de pensamiento, que vigila, junto a la penumbra del sentimiento, y bombea dura y rápidamente contra las paredes de la celda que le sostiene. Qué significado tenían esas palabras que encontré bajo el suspiro del destino, qué era lo que la inspiración podía ofrecerme entonces... simplemente bajó el telón y se escuchó, con un eco insistente y una voz en off, "nada".

Más historias acerca de héroes...

Otro día más… más historias acerca de héroes. Me despierto y, arropado con una fina manta, salgo al balcón a disfrutar de la lenta muerte que me ofrece Camel. 7 a.m., recuerdo el sonido de nuestro noviembre, recuerdo aquel diciembre junto a ti. Suspiro… tu voz está aquí, con el frío invierno, pero sigue siendo primavera dentro de mí. Recuerdo el sonido de quien algún día fui… Recuerdo, sin más, que poco a poco te fuiste, que poco a poco, ese noviembre se fue apagando junto con nuestro frío diciembre, y ahora sólo quedábamos la fría brisa, mi fina manta, y un paquete de cigarrillos Camel en un balcón desolador, también frío, que me recordaba constantemente, que el camino había terminado…

Soy un fue, un será y un es cansado...

Pues soy un fue, un será y un es cansado, pues no volveré a ser el mismo si no vuelvo a tener la luz al final de mi camino (tú), que se funde cual vela al llegar al raso, que se escapa entre mis dedos sin poder pararlo, la muerte de mi sentido, la muerte de la causa de mi existencia. Porque mi mundo se ahoga siendo aún una larva, y no es que la vida sea corta, es que la muerte es muy larga...

Only Sky*

Cuando sientes la fría luz de la noche sin aliento sobre tu pecho te das cuenta de que quizá sea ella quien te está buscando y quizá seas tú quien tiene la venda adherida a los ojos. Cuando tu mirada no puede sobrepasar los resquicios que tu corazón implora te das cuenta de que la lluvia es fría y ataca cada poro de vida que tu mente pueda recordar. Es entonces cuando te paras a pensar en tu escritorio, quizá con una canción de Los Beatles o de John Lennon, y es entonces cuando empiezas a escribir.

Huyendo...

Conoces todas y cada una de mis facetas, conoces cada suspiro que he expirado, conoces cada mueca de mi rostro, al igual que cada paso que he dado, y también cada fallo. Invades mi pensamiento con recuerdos, escapas en un suspiro al viento helado y recorres, sin quererlo, los resquicios de mi pasado. Pero sabes, querida sombra que intento alcanzar, que cada segundo que pasa ahora por mi vida, intencionadamente, es para alejarte de mi conciencia. Sabes que me partí el alma de esfuerzo por tocarte, pero que lo máximo que conseguí fue caerme y rozar ligeramente tu sombra.
Sin embargo, después de todo esto, aún puedo estar contento de saber, que sin quererlo, me quisiste en algún sueño, y de ellos no he escapado. Pero sé que por momentos, sin comerlo ni beberlo, desapareciste por completo dejando tu rastro atado, y pude alejarme, caminando, lento, y huir de mi pasado.

Instantes...

La vida son instantes. Todo lo que queremos se guarda en un instante en nuestro apartado "recuerdos", todo lo que nunca queremos olvidar también son instantes, tu cara, tus ojos, tu pelo, también son instantes. Sin embargo, también lo son aquéllos momentos que nos hubiera gustado tener que borrar para siempre, la pérdida de un ser querido, el rechazo de la chica de los ojos, el pelo y el rostro que he mencionado antes, etc. Todo son instantes, y cada instante vale más que toda una vida, pues, cuando vamos a morir, toda nuestra vida "pasa por delante de nuestros ojos", y pasa en forma de instantes. Mi instante más odiado es aquella vez que una lágrima cayó por mis mejillas por la chica de los ojos, el pelo y el rostro. Mi instante preferido fue esa noche que nos presentaron, y no hablo de la de los ojos, el pelo, y el rostro.

Porque no me pasa nada, pero siempre pasa algo...


Me he perdido otra vez
entre la razón y el amor,
y aún no sé el por qué
elijo siempre el dolor.

Porque está acabada
esta historia, con reparo,
porque no me pasa nada
pero siempre pasa algo...

Porque sigue la ironía
demostrando tu ausencia,
y me mata día a día
y a mis textos, sin coherencia.

Y no sé cómo expresarlo,
no encuentro procedimiento,
demostrarte que te amo,
escribirte que te quiero...

Mi corazón, y mi sangre,
laten y se mueven por ti,
y mis sueños, y esta calle,
me recuerdan que te vi.

Porque todo cerca de mi
me habla, me grita, canta,
que aquél día que te perdí
empezó a morir mi alma.

Me pierdo en el mar de sueños
como siempre, me quedo aquí...
resalto mis sentimientos,
no puedo estar más sin ti.

Porque el tiempo, de pasada,
intenta matarme y caigo,
porque no me pasa nada,
pero siempre pasa algo...

E intento terminarlo,
matar a la agonía
del amor, y dominarlo,
y volver a la armonía.

Pues el silencio es perfecto
si desaparece el dolor,
pero vuelve el sufrimiento
cuando llegas, con tu olor...

No muere el corazón cuando deja de latir, sino cuando sus latidos no tienen sentido...

Guárdame en tu corazón,
y de verdad, no te olvides,
porque al perderte murió,
porque tú eras mi vida...

Porque no muere el corazón
cuando resigna de latir,
sino cuando sus latidos
ya no tienen un sentido.

Tristes frases para empezar,
tristes letras, tinta amarga,
porque quizá por terminar
se cayeron las espadas.

El sentimiento hace dudar,
la tristeza se apodera
de mi alma, como el mar,
y me invade la pena.

Y luchaban los soldados,
por su patria la primera
por quien luchaban mis manos
fue por ti, la verdadera...

Y cayendo poco a poco,
en el suelo, la batalla,
mis soldados, de amor loco,
terminaron en condena...

Siempre se ha preguntado
por qué el amor es ciego,
y nunca se ha encontrado
la respuesta hasta el momento....

Y mis versos, como el tiempo,
viven de latidos lentos,
y viven porque aún siento
que llegará mi momento.

Y me engaño a mí mismo,
cuando, por segundos muertos,
no llega el amor al huerto
donde planté mis olivos...

Porque se me va la vida,
horas, minutos, segundos...
esperando a la deriva,
un puto barco sin rumbo...

Verbos, adverbios, palabras,
momentos, recuerdos... joder...
ya no se puede hacer nada
y encima empieza a llover...

Sentimientos y recuerdos
aparecen, como un reloj,
pensamientos muy diversos
que conducen a mi amor.

Ya agotado mi cuerpo,
mis melancólicos versos,
mi lápiz, que ya ha muerto,
ahí buscando los dejo...

Pero alargo mi sueño,
aumenta el sufrimiento,
mi corazón, mi sujeto,
se funde junto al viento...

Se produce un movimiento,
mis fotocopias del tiempo,
mi papel, en grito eterno,
grita al viento que te quiero...

Puedes matar al soñador, pero no al sueño...

Porque un mundo sin salida
me persigue, y el camino,
ya no sé dónde termina,
y me sigue mi destino.

Porque vuelven los demonios
que me hunden, me provocan,
el amor, y al lado el odio,
poco a poco me destrozan...

Y no quiero ver la vida
tal y como la veía,
con sorpresas, mi agonía,
que bajaban mi autoestima.

Recurrí de nuevo al sueño,
el peor de aquéllos monstruos,
que ilusionan, dejan verlo,
pero luego quedan muertos...

Pues las putas ilusiones
sólo joden más mi vida,
y el quererte por cojones
me rebienta día a día.

Y esta caja, ábrela,
duerme mi corazón ahí,
y mi alma, quédatela,
pues no la quiero sin ti...

Y mis versos, luz nodriza,
se van siempre con el tiempo,
vuelan como la ceniza
y se quedan junto al viento...

Que me mata y me exprime,
este maldito destino,
que me busca, que me sigue,
y me resulta cansino...

Y no encuentro el amor,
la gente no entiende esto,
puedes matar al soñador,
sin embargo nunca al sueño...

Porque sigue siendo un monstruo,
porque te mata por dentro,
y lo hace poco a poco
sin dejarte ni un momento.

Y en tus últimos segundos
suspiras, tus ojos vueltos,
labios dan su último beso,
llega el descanso eterno...

Volveos a nuestro sueño,
donde quedamos por siempre,
nos perdemos en el tiempo,
y olvidamos lentamente...

Pero doy gracias al sueño,
por dejarte existir,
y rezo, y me desvelo
porque no te deje morir.



Cansado ya...

Cansado de la rutina, difícil, amarga,
que me persigue, y poco a poco envenena
a mi corazón, conjetura falsa,
que impulsa mis versos a una larga condena.

Letras, palabras o textos, no sirven de nada,
por qué escribo poesías, puta melancolía,
por qué tus ojos, cerrados, no quieren mirarlas,
porque yo creo que a nadie le gustan hoy día...

Porque mi alma, dormida, no busca mentiras,
doy gracias por conocerte porque eras mi vida,
y lo digo en pasado aunque nunca pasara,
pues morí esperando y el sueño no acaba...

Jugando con la rima, mi pluma, despedida,
intentó escapar, y murió en su intento,
porque el camino terminó, quedó sin vida,
y ahora vaga cerca de mí con sus recuerdos...

Porque a veces no entiendo mi mundo, mi cielo,
porque a veces no entiendo mi vida, mis sueños,
porque quiero terminar de escribir estos versos
que me matan por fuera y me matan por dentro...

Las ruinas de mi alma...

Despierto, vivo, cansado,
ahora que llega el silencio,
con mi mundo, desolado,
y me acerco al infierno.

Y abandono mis metas,
por no poder terminar,
porque la lluvia, intensa,
otra vez vuelve a llegar...

Porque golpea con su fuerza
en lo que hace poco era
mi corazón, alma en pena,
y me cansé de la espera...

Y buscaba intensamente
las luces de tu mirada,
y ahora sólo puedo verte
en las ruinas de mi alma...

Y fundo mis pensamientos,
vuelve el viento, y el frío,
destruiste mis sentimientos
y murieron mis sentidos...

Y revivo en mis escritos,
con el fuego de mis versos,
y de haberlo sabido
habría vuelto a mis sueños...

Y ahora que ya no estoy,
pero sabes que eras mi vida,
y al haber muerto hoy,
mi alma se fue a la deriva.

Intento acabar mis versos
volviendo a mi pensamiento,
rompiendo con los recuerdos,
y poco a poco muriendo...

Nostalgia...

Repetición de palabras,
se ha dormido el sueño,
estrofas encadenadas
que me guían mientras duermo.

Me despisto, me intriga,
la forma con que me hablas,
la forma con que me miras
y no puedo hacer nada...

Las palabras se me traban,
y me pierdo en mi soledad,
busco una forma clara
para terminar de pensar.

Me enfado conmigo mismo,
reflejo mis sentimientos,
no encuentro el camino
para que veas lo que siento.

Doy gracias por tu existencia,
porque alegraste mi vida,
porque el amor no es ciencia,
se hace día a día...

Sigo buscando tu esencia,
y el último tren se fue,
sin aire queda mi lengua,
y ya no te puedo ver.

Vivimos en el pasado,
pues no existe el futuro,
vemos un mundo soñado,
en un pasado continuo.

Y me quedo sin palabras,
pero busco la manera
de verte en la parada
de mi tren en primavera.

Pero el último tren se fue,
se alejaron mis sueños,
no sirve de nada correr,
ya has roto mis sentimientos...

Porque se muere mi alma
por haberlo intentado.
Porque me quedo sin nada
por no haberlo logrado...

Si el amor me detesta no puedo hacer nada...

Se encadenan las palabras
revolviendo el pasado,
se acerca la madrugada
recordando lo soñado.

Porque al fin y al cabo
el sueño en sueño queda,
y por no haberlo logrado
mi destino me envenena.

La poesía quedó muerta,
tristes letras, tinta amarga,
pues si el amor me detesta
ya no puedo hacer nada...

Mis palabras, sin sentido,
no caminan contra el viento,
ni rechazan el destino,
pues su mundo quedó muerto...

El cielo sobre mis hombros,
la carga de mi universo,
y después mis poemas, rotos,
hacen que muera por dentro.

Y mi corazón, pisado,
no sabe elegir camino,
porque no te he encontrado
y mi búsqueda terminó...

Escucho tu voz en sueños
y de ellos no despierto,
y quiero ordenar mis versos
para olvidar tu recuerdo...

Me pierdo en mis sentimientos,
en mis versos, mis escritos,
y no puedo salir de ellos
aunque ya no quiera verlos...

El amor es un invento
del humano, lunático,
que se funde como el viento
en este mundo estático.

Por eso, mis poemas, tristes,
describen, momento amargo,
todos mis textos, ilustres,
de la vida que acabo...

Pero siguen siendo letras
que descubren mis suspiros,
y que queman en su hoguera
mis gritos y mis susurros. 

Quiero dejar de sentirlo
y quiero olvidar el dolor,
quiero al amor reprimirlo,
ver el mundo de otro color...